Pose Temporada 2

1		Respondiendo
2		Vale la pena
3		Mariposa/Capullo
4		Nunca conoci un amor como este
5		¿Qué haría ahora Candy?
6		Hoy el amor necesita amor
7		Coca
8		Revelaciones
9		La vida es una playa
10		Con mis tacones

Reseña y Crítica de "Pose" - Temporada 2 (2018)

La segunda temporada de "Pose", la aclamada serie creada por Ryan Murphy, Brad Falchuk y Steven Canals, continúa explorando el vibrante y a menudo doloroso mundo de la cultura ball de Nueva York durante la década de 1980 y principios de los 90. Con un elenco predominantemente LGBTQ+ y una narrativa que se adentra en las vidas de personajes marginados, "Pose" no solo se convierte en un fenómeno cultural, sino que también se erige como un poderoso testimonio de la lucha por la identidad, la aceptación y el amor en un contexto de adversidad.

Desde el primer episodio de la segunda temporada, la serie demuestra su capacidad para combinar drama, glamour y crítica social. La narrativa se centra en la evolución de los personajes, especialmente en la figura de Blanca (MJ Rodriguez), quien lucha por mantener unida a su familia de la casa Evangelista mientras enfrenta los desafíos de la vida cotidiana y la epidemia del SIDA que azota a su comunidad. La actuación de Rodríguez es conmovedora y apasionada, capturando tanto la vulnerabilidad como la fortaleza de su personaje.

Uno de los aspectos más destacados de esta temporada es la exploración de la vida de Pray Tell (Billy Porter), quien se convierte en un protagonista más complejo a medida que la trama avanza. La serie no escatima en mostrar el impacto del SIDA en su vida y en la de sus amigos, lo que añade una capa de profundidad emocional que resuena con el espectador. Porter, con su magistral interpretación, logra transmitir la tristeza y la resiliencia de su personaje de una manera que es tanto desgarradora como inspiradora.

Visualmente, "Pose" sigue siendo un festín para los ojos. La atención al detalle en la recreación de la moda y la estética de la época es impresionante. Cada baile, cada desfile, cada escena está impregnada de un colorido y una energía vibrante que reflejan la cultura y el espíritu de la comunidad LGBTQ+ de ese tiempo. La dirección y la cinematografía son excepcionales, capturando tanto los momentos de alegría como los de dolor con una sensibilidad que hace que el espectador se sienta inmerso en la historia.

Sin embargo, es importante señalar que, aunque la serie brilla en muchos aspectos, también enfrenta críticas en cuanto a la profundidad de algunas historias secundarias. Algunos personajes, que prometían un desarrollo más robusto, tienden a quedar en un segundo plano, lo que puede dejar al espectador deseando más. Aun así, esto no resta valor a la riqueza de la narración principal y a su capacidad para abordar temas importantes como la identidad de género, la sexualidad y el racismo.

En resumen, la segunda temporada de "Pose" es una experiencia emocionalmente resonante que continúa empujando los límites de la representación en la televisión. Con su mezcla de drama, elegancia y un mensaje poderoso sobre la lucha y la comunidad, "Pose" se consolida como una de las series más importantes de su tiempo. A través de sus personajes memorables y su narrativa cautivadora, la serie no solo entretiene, sino que también educa y empodera, dejando una huella imborrable en el panorama televisivo contemporáneo. Sin duda, "Pose" es un homenaje a aquellos que lucharon por ser vistos y escuchados, y una celebración de la vida en todas sus formas y matices.