Reseña y Crítica: Big Little Lies - Temporada 2
La temporada 2 de "Big Little Lies", estrenada en 2019, regresa con la misma intensidad emocional y una narrativa cautivadora que la hizo destacar en su primera entrega. Creada por David E. Kelley y basada en la novela homónima de Liane Moriarty, esta segunda temporada no solo mantiene el alto estándar de su predecesora, sino que lo eleva aún más al explorar las complejidades del trauma, la maternidad y la amistad en un entorno que se siente tanto opulento como opresivo.
La historia continúa donde la primera temporada la dejó, después del impactante desenlace que dejó a las protagonistas —Madeline (Reese Witherspoon), Celeste (Nicole Kidman), Jane (Shailene Woodley), Bonnie (Zoe Kravitz) y Renata (Laura Dern)— lidiando con las consecuencias de un crimen. La llegada de Mary Louise Wright (Meryl Streep), la madre de Perry, añade una nueva capa de tensión y conflicto a la narrativa. Streep, con su maestría actoral, aporta una profundidad inquietante a su personaje, convirtiéndola en una antagonista formidable. Su interacción con Celeste es especialmente poderosa, ya que explora temas de abuso, culpa y la lucha por la independencia.
Uno de los aspectos más destacados de esta temporada es su enfoque en el trauma y la sanación. A través de las diversas experiencias de las "Lies", se muestra cómo cada una lidia con sus heridas emocionales. Celeste, en particular, se convierte en el centro de atención mientras navega por el dolor de su pasado y su deseo de proteger a sus hijos. La química entre Kidman y Streep es palpable, lo que intensifica la dinámica emocional de la serie.
Visualmente, "Big Little Lies" sigue siendo un festín para los sentidos. La cinematografía, que captura la belleza de Monterey, California, contrasta con la oscuridad de las historias que se desarrollan. La música, que incluye una cuidadosa selección de temas que van desde lo melancólico hasta lo poderoso, complementa perfectamente la narrativa y contribuye a la atmósfera de la serie.
Sin embargo, algunos críticos han señalado que el ritmo de la temporada puede sentirse irregular en ciertos momentos. A pesar de contar con un elenco estelar y una narrativa rica, hay episodios que parecen estirarse innecesariamente, lo que puede desviar la atención de la esencia de la historia. Aun así, las actuaciones sobresalientes y la exploración de temas complejos hacen que estos momentos de lentitud sean perdonables.
En conclusión, la segunda temporada de "Big Little Lies" es un testimonio del poder de la narrativa bien escrita y de las actuaciones excepcionales. A través de su exploración del dolor y la resiliencia, la serie nos recuerda que, a pesar de las mentiras que nos contamos a nosotros mismos y a los demás, la verdad siempre encuentra la manera de salir a la luz. Es una experiencia visual y emocional que vale la pena cada minuto, consolidando aún más su lugar en el panteón de las series dramáticas contemporáneas.